Se dice que todo comenzó hace más de dos décadas, cuando Koichi Hanada, un empleado del ayuntamiento del pueblo de Inakadate, en Japón, recibió un curioso encargo: fomentar la llegada de turistas a esta pequeña región rural en el norte del país.
La zona, que es conocida por su producción de arroz y manzanas, no tenía mucho más para ofrecer, aparte de espectaculares paisajes; pero por suerte Hanada tuvo una gran idea, que surgió después de ver cómo unos niños plantaban un pequeño arrozal en miniatura para un proyecto escolar. Los niños utilizaron dos variedades diferentes de arroz, cuyas plantas dieron hojas verdes para uno y más moradas para los otros. Así, Hanada pensó: ¿por qué no plantar diferentes variedades de arroz en los grandes campos de la zona para recrear pinturas y otras obras de arte utilizando las pintorescas plantas?
Así comenzó lo que hoy en día es uno de los puntos turísticos de mayor éxito en el país nipón. El “Tanbo Art” (田んぼアート) es todo un acontecimiento, y se celebra cada año en la región de Inakadate, en la prefectura de Aomori.
Desde 1993, los ciudadanos de la región homenajean el cultivo del arroz (una tradición en la zona que se cree data de hace más de 2.000 años). Utilizando el propio campo de arroz como si de un lienzo se tratase, los agricultores utilizan cuatro variedades de arroz diferente para crear sus obras de arte.
Para poder disfrutar de tan majestuosa obra de arte, se erigió un castillo de 22 metros de alto justo detrás del ayuntamiento, que recibe a visitantes de todo el mundo que se acercan curiosos a contemplar el resultado.
Durante la primera década, los agricultores recreaban el conocido Monte Iwaki, pero pronto se atrevieron con obras de arte diversas. Cada año se escoge un tema, y se han representado desde dioses antiguos, hasta motivos y figuras propios de la época contemporánea. Casi 500.000 visitantes se acercaron el 2015, a contemplar el homenaje a “Star Wars: The Force Awakens”.
A diferencia de los “Crop Circles” de Gran Bretaña, las imágenes en los campos de arroz de Inakadate tienen que estar bien planificadas desde el principio hasta la última plantación de arroz.
Ha sido tal el éxito, que otras aldeas, para atraer a visitantes, han seguido su ejemplo, como es el caso de Yonezawa en la prefectura de Yamagata. A pesar de sus competidoras, Inakadate sigue siendo la que tiene las obras más elaboradas.
Estas singulares obras de arte se pueden ver desde el 30 de mayo al 10 de octubre, tiempo de la cosecha de arroz, aunque se recomienda acercarse desde mediados de julio a mediados de agosto, para verlo en su mayor esplendor. Por cierto, quien quiera, puede contribuir tanto a la siembra como a la recogida de la planta. Incluso es posible admirar el crecimiento de los campos en directo a través de esta web.
Lo que un día surgió como una idea propia de un juego de niños, ha conseguido poner a la región en el mapa, y no se descarta que añadan más campos de arroz para ampliar la oferta para sus visitantes, o incluso, transformar la aldea en un “pueblo artístico”. Sea lo que sea, seguro que seguirá siendo maravilloso.